La tradición de regalar huevos de Pascua viene de hace
muchísimos siglos. Todo es debido a que
los cristianos católicos que seguían la abstinencia cuaresmal, no podían
comer huevos ni tampoco productos lácteos. Los fieles los guardaban y una vez
terminada la cuaresma los regalaban.
La tradición de regalar huevos el domingo de Pascua
continuó, principalmente en los países anglosajones, Estados Unidos y en la
Europa Central. Es un regalo muy apreciado por aquél que los recibe. Están
pintados de diferentes colores y se regalan en pequeñas cestas. Uno de los
países europeos que más lo vive es Alemania, se sabe, curiosamente, que la
tradición en Estados Unidos vino gracias a unos alemanes que promocionaron
dicha costumbre en aquel país. Como que la mayoría de ellos son para los
niños, no solamente hay huevos de gallina, sino también de chocolate.
Los huevos también fueron protagonistas en la época
griega. Los griegos pintaban huevos y los comían en las fiestas de primavera.
También los huevos en muchas culturas significan "vida" y
"fertilidad" y en la antigua Roma se regalaban en los festivales de
primavera.
Si tenemos que buscar un simbolismo cristiano al huevo,
este puede ser el del principio del universo y de la creación, el sentido de
una "vida nueva", tal como indica la Pascua. Una vida nueva que nos
la da el Jesucristo resucitado.
En la época que los huevos no eran permitidos para el
consumo en el tiempo de cuaresma, todas aquellas personas que los habían
guardado se reunían el domingo de Pascua delante de la iglesia de su ciudad
para que el sacerdote los bendijera en la primera función litúrgica.
Existe una tradición que explica el porqué de que
muchos de estos huevos estén pintados de color rojo. Según esta leyenda, unos
vecinos de Jerusalén dieron a unos niños unos huevos para que se los tirasen
a Jesús cuando éste pasase delante de ellos camino del Calvario. En el
momento que éstos los tocaron, los huevos se enrojecieron de sangre.
Existe también un juego que es el de rodar huevos sobre
el césped del jardín de la casa o en el campo, intentando que estos no se
rompan. La tradición popular lo relaciona con el hecho de rodar la piedra del
sepulcro en el cual estaba Jesús.
En Francia y en otros países europeos era tradición que
el Domingo de Pascua, los jóvenes organizaran procesiones para recoger huevos
y después dárselos a los hospitales y centros de acogida.
En España y especialmente en Catalunya la tradición de
regalar huevos pintados no se conserva actualmente y los únicos que se
regalan en Catalunya se encuentran en la "Mona de Pascua". Sin
embargo, en algunos pueblos catalanes, hace muchos siglos, se realizaba el
juego de "Jugar-se els ous" (Jugarse los huevos). Participaban
solamente los novios y ganaba aquél o aquella que más pronto sorprendiera a
su amado en la mañana del domingo de Pascua. Ganaba aquél que decía la frase:
"Pasqua és vinguda; els ous són meus" (Ha llegado la Pascua, los
huevos son míos).
Un conocido dicho catalán reza: "Pasqua sense ous,
com Nadal sense torrons" (Pascua sin huevos, como Navidad sin turrones).
El conejo
¿Y qué pinta el conejo con todo esto?. El conejo es el
que trae los huevos de Pascua. Los padres esconden los huevos en el jardín y
a primera hora de la mañana del domingo invitan a sus hijos pequeños para que
salgan a encontrarlos. ¿Quien ha puesto allí los huevos?, el conejito!.
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miércoles, 27 de marzo de 2013
Tradiciones de Pascua
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